Namibia; naturaleza virgen.
 
 
Clima y Gastronomía
Datos del Pais

Namibia es fundamentalmente un país desértico. Pese a su largo litoral abierto al Atlántico, sus verdaderos protagonistas son los dos grandes desiertos: el Namib, que se extiende a lo largo de 1.600 km e su franja occidental, y el Kalahari en su franja oriental. Ellos son los responsables de imprimir austeridad cromática al paisaje y belleza a una tierra que no admite concesiones. Sus gentes, su fauna y su flora han tenido que adaptarse a las durísimas condiciones climáticas.
Situado al sur del continente, limita al norte con Angola y Zambia, al este con Botswana, al oeste con el océano Atlántico y al sur con la República de Sudáfrica.
Por las tierras del norte- Ovamboland, Kavamgoland, y Caprivi- Fluyen la mayor parte de los ríos del país, lo que hace de ella no sólo las zonas más densamente pobladas, sino también las más fértiles y verdes.
El centro es el territorio de las tierras altas, con el macizo de Brademberg como altura máxima. El desierto sur proporciona al país su mayor fuente de riqueza, las minas de diamantes.
Estamos ante una joven nación que nos ofrece variadas atracciones: deportes de aventura, algunas playas, vida nocturno en pubs de raíces anglo-germanas, y sobre todo una bella naturaleza central en su impresionante sistema de Parques Nacionales de variados ambientes naturales.




Historia
 
Nimibia ha un carácter cultural fuerte de su propio gente habido retenido sus identidad distintivas aunque la mayoría de sus tradiciones originales ahora únicas sobrevivido en zonas rurales remotas.
La historia de Namibia se ha visto condicionada en gran medida por su inhóspito litoral. La inaccesible Costa Esqueletos ahuyentó durante siglos a los posibles colonizadores occidentales, que ya se habían repartido otros territorios conquistados.
Los primeros blancos que pisaron las costas de Namibia fueron los navegantes portugueses Diego Cao en 1.485. Durante muchos tiempo la región permaneció olvidada por los europeos, que no mostraban interés por colonizarla debida a las dificultades por lo que las tierras del interior tuvieron que esperar un siglo más para ser exploradas por la Compañía Neerlandesa de las Indias. En la segunda mitad del siglo XVIII los balleneros ingleses, franceses y americanos empezaron a utilizar los puertos de Lüderitz y Walvia Bay. Ya a mediados del siglo XIX la Royal Geographic Society continuó con la exploración de las tierras del interior.
Mientras tanto, la vida de esta parte del continente seguía inalterable. Bosquimanos, Namas, Bantúes, Herreros y Ovambos cultivaban sus costumbres ancestrales y se enfrentaba entre sí, mientras la civilización europea comenzaba a implantarse en otras zonas de África. La razón de este retraso no es otra que la hostilidad del territorio, unida a la falta de riquezas naturales de fácil explotación. Fue precisamente el interés económico - junto al temor de que otra potencia europea pudiese adelantarse - lo que impulsó a Bismark a adquirir la zona en 1.884, concediendo la protección
del Reich al comerciante Adolf Lüderitz, que llevaba ya varios años navegando por esas costas. El periodo colonial alemán había comenzado oficialmente.
En el siglo XIX comenzó a desarrollarse una labor misionero alemán. Las tribus autóctonas especialmente hrereros y namas, no iban a tolerar ser fácilmente despojados de sus tierras, lo que les impulsó a organizar numerosos levantamientos. La brutalidad con que los soldados alemanes repelían los ataques tuvo su máximo exponente en Waterberg en 1.904, cuando el 75 % de los Hereros fue masacrado y los escasos supervivientes se vieron obligados a huir hacia el Kalahari. A finales del XIX forma parte del imperio colonial alemán con el nombre de África alemana del Suroeste.
Al estallar la Primera Guerra Mundial la colonia fue atacada por fuerzas portugueses y Sudáfricanas, pero los alemanes resistieron durante casi un año, rindiéndose al final.
Terminada la guerra, el territorio fue confiado en 1.92, como mandato de la Sociedad de Naciones, a la Unión Sudáfricana. A final de la Segunda Guerra Mundial esta situación dejó de existir, pues no formó parte de las Naciones Unidas. La Unión Sudáfricana colonia alemana, y en 1.946 Pretoria manifestó oficialmente su intención. La ONU se opuso. En el Tribunal Internacional de la Haya se decidió que Sudafrica no estaba obligada a entregar Namibia a la ONU, pero tampoco tenía el derecho de anexionársela. Aún así, en 1.949 Pretoria decretó su anexión imponiéndole sus propias leyes.
El despertar nacionalista se produjo en el grupo étnico más numeroso, los Bantúes Ovambos, que habitan en la zona norte de Namibia y las comarcas sureñas próximas a Angola. En 1.957 se crea el OPC ( Congreso Popular Ouambolandia ); al año siguiente se convirtió en el OPO,
que acogió a varias etnias, y en 1.960 pasa a ser el SWAOPO. En 1.976 la presión Surafricana en Namibia es ilegal.
En 1.985 se acepta la creación de un gobierno transitorio de unidad nacional. En 1.988 se pacta un acuerdo de paz en Ginebra concediendo la independencia. Y finalmente, en 1.989 el SWAPO gana las elecciones y oficialmente llega la independencia en 1.990.





Cultura, Clima y Gastronomía.
 
La prehistoria ha dejado en Namibia numerosas muestra de arte rupestre. Las más representativas se encuentran probablemente en la cueva de la Dama Blanca. Con unos 15.000 ó 16.000 años de antigüedad, sigue siendo muy controvertida en cuanto a su origen y significado.
Otro importante legado prehistórico lo constituyen los pretroglifos, cincelados en las rocas de arenisca, que suelen representar figuras de animales.
Aunque una gran parte del patrimonio cultural de Namibia radica en su fauna, en sus paisajes vírgenes y en la riqueza inextinguible de su naturaleza, hay que mencionar aquí el poso cultural europeo que han ido dejando durante décadas los inmigrantes blancos que, unido al trabajo de los artista autóctonos, da como resultado una mezcla de mito, arte rural y modernidad. La artesanía tradicional produce objetos tan diversos como armas ornamentales, cestería, joyería y pintura.
Los impresionantes paisajes han fascinado a los artistas europeos desde los orígenes de la época colonial, siendo éste uno de los temas más habituales hasta década de los setenta. Más recientemente, la fauna pasó a ser tema pictórico en la obra de autores tales como Axel Eriksson, Zackie Eloff o Hans-Anton, reflejando la remota tranquilidad de eso espacios naturales. El hombre y su entorno no suscitaron el interés de los artistas hasta los ochenta, probablemente como resultado del desarrollo político y cultural de país.
El " arte del pueblo ", término acuñando en los suburbios negros de Sudáfrica , es el fruto del trabajo de una nueva generación del artista Namibios que han recibido una sólida educación artística en la Windhoek Academy o en
las escuelas de arte de Lüderitz Bay, Su obra combina el mito y la vida urbana en una denuncia agresiva, cínica y realista de la pobreza y el sufrimiento de una parte de la población.
Como corresponde a su carácter desértico, el clima es seco y soleado durante la mayor parte del año, con más de 300 días de sol, como ellos dicen. La mejor época para visitar el país es sin duda de mayo a septiembre, cuando las temperaturas son suaves y los animales se concentran en las praderas en torno a los escasos puntos de agua. Esta necesidad vital proporciona al viajero oportunidades únicas de acercarse a fotografiar o simplemente a contemplar la vida salvaje.
Durante estos meses las temperaturas varían según la región. En el sur oscilan entre los 22 y los 27 º C diurnos y los 5 ó 6 º C al caer la noche.
En la zona central, las temperaturas durante el día son similares a las del sur pero sin el brusco cambio del anochecer.
En el norte, con mucho la zona más caliente del país, rara vez sobrepasan los 30 º C diurnos, siendo sus noches agradablemente frescas, entre 6 y 10 º C.
La temporada de lluvias tiene lugar durante los meses del verano austral, con dos estaciones claramente definidas: una corta que de octubre a noviembre, con chaparrones intensos pero de corta duración. y una larga, de enero a abril, con fuertes tormentas que pueden llegar a durar varios días.
El territorio - en su mayor parte amesetado- se ubica dentro de la `faja desertica del trópico de Capricornio. El desierto de Namib, sobre la costa, estaría totalmente deshabitado si no fuera por la existencia de poderosos aluviones diamantíferos en explotación. Hacia el este, comparte con Botswana el desierto - en realidad estepa, ya que recibe algo de lluvia - de Kalihari, habitado por grupos de pastores y cazadores. La población se concentra en el norte y en la meseta central donde se registran las precipitaciones más copiosas. La pesca es abundante en sus costas y junto con la ganadería era la base de la economía local hasta el boom de la actividad minera, iniciado en la década de 1.960. Tiene importantes reservas de cobre, plomo, zinc, cadmio y uranio.
Para los amantes de la carne Namibia es un paraíso. Las tradiciones culinarias de germanos y holandeses, amantes de la caza, encuentran es este rincón de África infinitas posibilidades. Desde el mayor antílope del continente, el eland, a cebras, gacelas, kudus,. sin olvidar los orix, todos ellos se preparan ya sea en guiso- con suculentas salsas al más puro estilo del norte de Europa - en salchichas, como tasajo ( carne secada al sol ) o bien asados en el braai ( barbacoa).
El braai, herencia de los colonos bóers, es a los namibios lo que la tortilla de patatas a los españoles: una institución. Casi todos los campamentos y lodges cuentan con un braai individual para cada huésped. El orix a la brasa es una especialidad que ningún viajero debe dejar de probar.
Los vegetarianos, aunque con una oferta algo más limitada, no deberían encontrar problemas. de la vecina Sudafrica llega diariamente una amplia gama de productos frescos. El pescado también es una buena opción en lugar costeros, en la capital y en la mayoría de los hoteles.
En las granjas o guet-farms la cocina casera , normalmente elaborada por la propietaria con productos cultivados allí mismo, cobra tintes exóticos. Albóndigas de jirafa, mantequilla batidos, y compotas de frutos desconocidos en Europa constituyen un agradable descubrimiento no sólo por lo innovador sino por su innegable calidad.
Por los paladares más aventureros existe también la posibilidad de hacer incursiones a la cocina autóctona de las distintas etnias. Los gusanos de mopame ( árbol
común en casi todo el territorio ) se degustan fritos o la brasa. Con un ligero sabor a mantequilla, son considerados un majar. Y por supuesto, el omaru, alimento tradicional de los Himbas a base de leche fermentada, un equivalente al yogur, que ha terminado por comercializarse. Quien se anime lo puede encontrar en supermercados y tiendas de comestibles dotadas con refrigerador.
En el apartado de las bebidas cabe destacar sin duda los excelentes vinos del Cabo, especialmente los blancos. En la capital, Windhoek se encuentran sin dificultad y a precios muy razonable.
La cerveza es, con mucho, la bebida más popular. Tanto la Sudafricana como la namibia son francamente buenas, lo que no es de extrañar debido al origen de buena parte de sus habitantes.



Datos del País.
 
  Extensión km2
Población
Densidad
Capital
Moneda

824.290 km2
1,7 Millones
2 hab/ km2
Windhoek
Dólar Namibia
 
Composición étnica
 
  Owambos
Kavangos
Hereros
Caprivos
Damaras
Mestizos
Blancos origen Afrikáner( Alemán y Portugués )
52%
9%
7%
4%
7%
8%
6%
 
Otros Datos de Interés
 
  Idioma oficial
Religiones
Indice de Natalidad
Esperanza de Vida
Mortalidad Infantil
Renta Per Cápita
Índice de Alfabetización

Ingles,
90%Cristianismo, 10%Animistas
2,2 %
53 %
65 por 1.000
1.550 $ USA
7,5%


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