Zimbabwe; país de cataratas e imperios perdidos
 
 
Historia
Clima y Gastronomía
Datos del Pais

Entre los ríos Limpopo y Zambeze se extiende una altiplanicie llamada Zimbabwe. " antiguo reino de las minas del rey Salomón" Así al menos nos lo hizo ceer Ridder Haggard en su famosa novela, y es seguro que la ilusión de viajar al mítico reino de Ophir impregna la estancia en estas tierras.
Entre escarpadas montañas y valles escondidos las pinturas rupestrs de sus primeros moradores recuerdan que este es un país antiguo, lleno de contrastes culturales. Bosques profundos se alternan con llanuras fértiles, hoy convertidas en tierras de cultivo, páramos desolados y exuberantes cataratas se combinan con modernas ciudades y ríos de enorme caudal y un subsuelo rico en oro, platino, carbón y cobre. Pero su patrimonio más importante son los casi 50.000 km2 de parques nacionales.
Situado en el cono sur del continente africano, Zimbabwe utiliza sus accidentes geográficos para mantenerse aislado de sus vecinos. al norte, el río Zambeze hace de frontera natural con Zambia, mientras su otro gran río, el Limpopo, marca al sur el límite con Sudafrica. El desierto del Kahari, en el este, lo separa de Botswana y la cordillera Oriental, en el oeste, de Mozambique.
Cuando Livingstone descubrió las Cataratas Victoria para los europeos desconocía que desde hacia siglos los africanos las llamaban el "b humo del trueno ", por el vapor y el ruedo que el agua del río Zambeze provocaba al caer desde 106 m de altura. Este paraje maravilloso se encuentra en Zimbabwe, uno de los países africanos más bellos del continente.

Zimbabwe cuenta en sus parajes naturales con muchas más cataratas, rodeadas por una naturaleza difícil de olvidar, bosques, sabana arbórea, selva tropical, ríos, lagos y áridas montañas. Pero además en este país se puede admirar restos de civilizaciones de desconocida procedencia en las ruinas de Khami y Dhlo-Dhlo y otros vestigios de civilizaciones perdidas en el tiempo como el poderoso Imperio Monomopata, que por su riqueza llegó a confundirse con las famosas Minas del rey Salomón.
Belleza naturales y míticas culturas que hacen de Zimbabwe un país que hay que conocer.




Historia
 
La historia de Zimbabwe, que ha dejado un riquísimo legado antropológico, ha venido marcada desde sus tiempos más remotos por la abundancia de metales y piedras preciosas. Hace ya 10.000 años sus primeros pobladores, los Khoisan, alcanzaron un sorprendente grado de sofisticación en la construcción de utensilios,¡. Esta etnia autóctona fue desplazada milenios después por los Shona de origen Bantú, agricultores y pastores que usaban herramientas de hierro y vivían en chozas agrupadas en poblados.
Fueron precisamente los Shona de la edad del hierro quienes sentaron los cimientos de lo que sería el Gran Zimbabwe, la misteriosa ciudad estado que alcanzó su máximo esplendor entre los siglo XI y XV. Ya en el siglo VIII había establecido relaciones comerciales con países tan lejanos como arabia, India y china.
Mientras Europa languidecía en la edad de las tinieblas- la alta Edad media- el Gran Zimbabwe se había convertido en la capital de un gran imperio económico. No sólo explotaba sus minas de hierro, sino que además poseía un ejército propio, un sistema tributario y un gremio de expertos comerciantes que trataban con oro, cobre, hierro, marfil, algodón y ganado.
Los Bantúes crean en el siglo XV el Imperio Monomotapa en este territorio alcanzando una importancia. En 1.607 el Monarca del imperio concede a los portugueses la explotación del subsuelo de la zona, provocando la decadencia de esta civilización que volverá a resurgir en 1.725 gracias al oro, denominándose el Gran Zimbabwe. Pero volverá a apagarse en años sucesivos debido a las constantes migraciones de población.
En 1.980 el país consigue su independencia denominándose República de Zimbabwe



Cultura, Clima y Gastronomía.
 
El arte rupestre en Zimbabwe merece un capitulo aparte. Aunque hasta el momento se han catalogado más de 4.000 enclaves, los expertos esperan descubrir muchos más tesoro de edad de piedra.
Los Bosquimanos, pobladores prehistóricos de la región, dejaron en todo el país muestra de un arte único y extraordinario cuyo tema recurrente fue siempre la relación entre hombre y los animales. En la misma época en la que los artistas prehistóricos de Francis y España escondían su legado en lo más recóndito de las cuevas, los bosquimanos trabajaron a la intemperie con materiales sorprendentemente tersos y duraderos, en las caras lisa de las rocas de granito, que usaron como si se tratara de lienzos.
La escultura Shona es una de las formas artísticas africanas más relevantes de este siglo. De los diez escultores en piedra más importantes del mundo, siete proceden de Zimbabwe.
La tradición escultórica moderna comenzó con iconografía religiosa en las escuelas misioneras de los años cuarenta. No tardó en desarrollarse, dando lugar a temas abstractos y expresionistas de gran espiritualidad que han atraído la atención de críticos, marchantes, coleccionistas y galerías de todo el mundo.
La música ha sido siempre un elemento importante en la tradición cultural de Zimbabwe. Los cantos en grupo son una constante en actividades tan diversas como la batalla con la tribu vecina o la recogida de la cosecha. Además, las historias y leyendas, de tradición oral, van puntuadas por coros en los que la audiencia participa
activamente.
En cuanto a los instrumentos musicales autóctonos, hay que destacar el marimba, o xilófono, cuyas teclas, fabricadas con la dura madera del mweje, consiguen una resonancia óptima. Otro instrumento muy interesante para los coleccionistas es el mbira, una tabla de madera sobre la que se montan 24 teclas de hierro que el gwenyambira hace sonar con sus pulgares. El más popular de los elementos de percusión es el mjejeje, cuyo nombre en inglés es " stone bell ". Se construye con piedras de granito que, al chocar entre sí, producen un magnífico sonido de campanas.
Con una altitud media de 1.000 m sobre el nivel del mar Zimbabwe posee un clima benigno durante la mayor parte del año, que no corresponde a su carácter de país entre trópicos. Los inviernos van de mayo a septiembre, con temperaturas moderadas, días soleados y noches frescas, incluso frías y escarchadas en los puntos de mayor altitud. Sin duda, es la mejor fecha para ver a los animales que se concentran alredor de los pans- pequeñas lagunas- en busca de agua.
En el valle del Zambeze las temperaturas y la humedad experimentan un pequeño aumento. Durante el verano, que va de octubre a abril, se produce la temporada de lluvias. Al atardecer las tormentas intentan refrescar el ambiente - que por estas fechas se ha vuelto pesado y opresivo- aunque sin mucho éxito.
El país consiste básicamente en un altiplano elevado y ondulado. El área más importante o Alto Veld, combinación de tierras fértiles, precipitación favorables y posibilidades de explotación urbana. El clima es tropical, moderado por la altitud. La degradación de los suelos es muy severa sobre todo en las áreas de cultivos comunales, donde se practica agricultura de subsistencia.
La gastronomía del país no puede negar sus raíces británicas, pero tampoco las africanas, mezcla que nos puede deparar sorpresas muy agradables.
Igual que sus vecinos, Zimbabwe es, gastronómicamente hablando, el reino de la caza .Búfalos, cebras, elands y sobre todo impalas son, de forma inequívoca, los protagonistas de cualquier menú. Para los vegetarianos, la oferta también es imaginativa, una extensa variedad de productos subtropical es se suman a los de origen occidental.
El cocodrilo se está convirtiendo en uno de los platos más populares del país. Ya sea en guiso, sopa o en las inevitables albóndigas es una opción a tener en cuenta. Su discutido sabor a pescado, pollo o res merece ser descubierto, aunque sólo sea por saber a qué bando nos apuntamos.
Procedente del lago Kariba, el pescado es abundante y sabroso.
La cocina étnica aporta experiencias desconocidas a paladares inquietos, los gusanos del mopane, las hormigas voladoras o las babosas ahumadas constituyen otra forma de viajar a la aventura de olores, texturas y sabores de un mundo diferente.
El porridge se alza con la categoría de plato nacional, aunque enriquecido por la imaginación africana no es, ni mucho menos, la desoladora papilla de su origen. Aquí se sirve con abundante salsa y acompañado de vegetales. Si se tiene la ocasión de probarlo en las áreas rurales, no hay que dudar poner manos a la obra porque es con las manos como se debe comer. El biltong ( carne seca),
traído de Sudafrica, está muy extendido, y como aperitivo supone todo un cambio.
En el capítulo bebidas, la cerveza local de tipo lager es más que aceptable. El vino, antaño una broma de mal gusto, es hoy una respetable opción.





Datos del País.
 
  Extensión km2
Población
Densidad
Capital
Moneda

390.580 km2
11.900.000 habitantes
30 hab/ km2
Harare
Dólar Zimbabwe

 
Composición étnica
 
  Raza Negra; Shona
Debele
Bulawayo
98%
71 %
16%
 
Otros Datos de Interés
 
  Idioma oficial
Religiones
Indice de Natalidad
Esperanza de Vida
Mortalidad Infantil
Renta Per Cápita
Índice de Alfabetización


Ingles, Shona, Ndebele
50%Mezcla de culto,25%Cristianos,24%Loc,1%Isla.
1,4 %
44 año
69 por 1.000
520 $ USD
92 % hombre / 84 % mujer

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